(CNN) – Un cometa apodado el “cometa de Halloween” se desintegró el lunes durante su máxima aproximación al sol, y la misión del Observatorio Solar y Heliosférico de la Agencia Espacial Europea y la NASA captó imágenes de sus últimos momentos.
Los astrónomos descubrieron por primera vez el cometa C/2024 S1 (ATLAS) el 27 de septiembre a través de un Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides en Hawai, y el brillante cuerpo celeste se ganó rápidamente su apodo tras las especulaciones de que podría ser visible en el cielo nocturno cerca de finales de mes. Pero a medida que el cometa, compuesto de hielo, gases congelados y roca, se acercaba a su perihelio -el punto más cercano al sol en su órbita- durante los últimos días, se fue rompiendo en trozos hasta que finalmente se evaporó, según la NASA.
El C/2024 S1 era un cometa de tipo “sungrazer” o rasantes del Sol, esto es, que pasa a una distancia de 1.367.942 kilómetros del sol. Estos cometas suelen desintegrarse debido a la intensa y caliente atmósfera solar.
El “cometa de Halloween” se desintegró el lunes durante su máxima aproximación al sol, y la misión del Observatorio Solar y Heliosférico de la NASA y la Agencia Espacial Europea captaron imágenes de sus últimos momentos.
El cometa (que atraviesa la parte inferior de derecha a izquierda) se vaporizó tras acercarse a menos de 1,5 millones de kilómetros del Sol. Crédito: NASA
“Estadísticamente, es extremadamente raro que los cometas rasantes sobrevivan (a su paso) por el Sol”, dijo Battams a CNN en un correo electrónico. El Proyecto Sungrazer de la NASA, un proyecto de ciencia ciudadana que descubre cometas hasta ahora desconocidos y del que Battam es el director, ha descubierto más de 4.000 cometas de este tipo y ninguno ha sobrevivido a su perihelio, añadió.
Se ha observado un puñado de cometas rasantes más grandes que han sobrevivido a su paso cercano por el sol, como el cometa C/2011 W3 Lovejoy en 2011. Descubierto inicialmente con un telescopio terrestre, el C/2011 W3 Lovejoy fue el cometa rasante más brillante del que SOHO ha obtenido imágenes, pero estos cometas de mayor tamaño son “pocos y distantes entre sí”, señaló Battams.
Otros cuerpos celestes visibles
“De aquí a 2030, solo se espera que tres cometas conocidos alcancen visibilidad a simple vista (C/2024 E1, C/2024 G3 y 22P/Kopff)”, dijo William Cooke, jefe de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la NASA, en un correo electrónico. También puede haber un cometa o dos aún por descubrir que podrían llegar a ser lo suficientemente brillantes como para verlos, añadió.
El cometa de Halloween, C/2024 S1, era miembro de la familia de cometas Kreutz, una población de fragmentos de cometas en su mayoría diminutos que se originaron a partir de un único objeto progenitor que se desintegró cerca del sol hace presumiblemente miles de años, explicó Battams. Los astrónomos captaron imágenes del cometa de Halloween cuando era visible a principios de mes, pero nunca lo observaron a simple vista, añadió.
El C/2023 Tsuchinshan-ATLAS era visible en el cielo nocturno sin equipo a mediados de octubre, pero ahora es más tenue y lo más probable es que solo sea visible con telescopio o binoculares, dijo Cooke. Los astrónomos estimaron en un principio que el cometa daría la vuelta en unos 80.000 años, pero a partir del 14 de octubre, los datos de observación revelaron que el cometa tenía una nueva trayectoria que podría alejarlo por completo de nuestro sistema solar.
Si se dan las condiciones adecuadas, los cometas pueden dejar estelas de escombros que provoquen lluvias de meteoros si la órbita de la Tierra se encuentra con su trayectoria, como las Oriónidas de octubre, que son partículas del famoso cometa Halley. Se espera que la próxima lluvia de meteoros, las Táuridas del Sur, alcance su máximo en la noche del 4 al 5 de noviembre temprano por la mañana y también tiene un cometa como cuerpo progenitor llamado cometa Encke.
Sin embargo, los restos del C/2023 Tsuchinshan-ATLAS o del C/2024 S1 no pasarán lo suficientemente cerca de la Tierra como para producir una lluvia de meteoros, según Cooke.
La frecuencia con la que los cometas son visibles en nuestros cielos es variable, algunos años ofrecen un puñado de estos cuerpos helados que los observadores del cielo pueden divisar y otros no son tan fructíferos, dijo Battams.
“Históricamente, los cometas siempre han sido una fuente de fascinación para la gente, en parte debido al hecho de que son acontecimientos tan poco frecuentes”, añadió. “Estoy seguro de que en la época preindustrial, cuando la contaminación lumínica no era motivo de preocupación, algunos de los cometas que la gente veía debían de ser igual de sobrecogedores y aterradores”.