Ben Wedeman, de CNN, informa desde la ciudad de Siversk, Ucrania, donde una oficina de correos móvil se ha convertido en un salvavidas para muchos ancianos, a quienes entregan sus pensiones estatales para poder comprar suministros de las pocas tiendas que aún están abiertas.
«No tenemos nada», dicen ucranianos mientras hacen fila para cobrar pensiones, a pesar de los bombardeos rusos
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