Todo lo que necesitas saber sobre la IA pero no te atreves a preguntar

(CNN) — Los ejecutivos de las empresas no dejan de hablar de ello. Los profesores se preguntan qué hacer al respecto. Y artistas como Drake parecen enfadados ante la situación.

La amemos o la odiemos, todo el mundo presta atención a la inteligencia artificial en estos momentos. Casi de la noche a la mañana, una nueva generación de herramientas de IA se abrió camino en productos utilizados por miles de millones de personas, cambiando la forma en que trabajamos, compramos, creamos y nos comunicamos entre nosotros.

Los defensores de la IA destacan el potencial de esta tecnología para aumentar nuestra productividad, al crear una nueva era de mejores empleos, mejor educación y mejores tratamientos para las enfermedades. Los escépticos de la IA expresan su preocupación por el potencial de la tecnología para trastornar puestos de trabajo, engañar a la gente y, tal vez, provocar el fin de la humanidad tal y como la conocemos. Algunos ejecutivos de Silicon Valley parecen tener ambas opiniones a la vez.

Lo que está claro, sin embargo, es que la IA no va a desaparecer, pero cambia muy deprisa. Esto es todo lo que necesitas saber para mantenerte al día.

¿Qué es la IA?

En la conciencia pública, «inteligencia artificial» puede evocar imágenes de máquinas asesinas deseosas de superar a los humanos, y capaces de hacerlo. Pero en la industria tecnológica, es un término amplio que se refiere a diferentes herramientas entrenadas para realizar una amplia gama de tareas complejas que antes podían requerir la intervención de una persona.

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Si utilizas Internet, es casi seguro que usas servicios con base en la IA para clasificar datos, filtrar contenidos y hacer sugerencias, entre otras tareas.

Es la tecnología que permite a Netflix recomendar películas y que ayuda a eliminar el spam, los discursos de odio y otros contenidos inapropiados de las redes sociales. Ayuda a potenciar todo, desde las funciones de autocorrección y Google Translate hasta los servicios de reconocimiento facial, el último de los cuales utiliza IA que, en palabras de Microsoft, «imita la capacidad humana de reconocer rostros humanos».

La IA también puede tener éxito en el desarrollo de técnicas para resolver una amplia gama de problemas del mundo real, como ajustar las señales de tráfico en tiempo real para gestionar los problemas de congestión o ayudar a los profesionales médicos a analizar imágenes para hacer un diagnóstico. La IA también es fundamental para el desarrollo de vehículos autoconducidos, ya que procesa enormes cantidades de datos visuales para que los vehículos puedan comprender su entorno.

¿Por qué todo el mundo habla ahora de IA?

La respuesta es breve: ChatGPT.

Durante años, la IA estuvo en un segundo plano en los servicios que utilizamos a diario. Eso cambió tras el lanzamiento en noviembre de ChatGPT, un chatbot viral que puso el poder de la IA en primer plano.

La gente ya ha utilizado ChatGPT, una herramienta creada por OpenAI, para redactar demandas, escribir letras de canciones y crear resúmenes de trabajos de investigación tan buenos que incluso engañaron a algunos científicos. La herramienta incluso aprobó exámenes estandarizados. Y ChatGPT desató una intensa competencia entre las empresas tecnológicas para desarrollar e implantar herramientas similares.

En esta ilustración se ve la aplicación ChatGPT funcionando en un iPhone. (Crédito: Jaap Arriens/NurPhoto/Getty Images)

Microsoft y Google intodujeron funciones con base en la IA generativa, la tecnología en la que se basa ChatGPT, en sus herramientas de productividad más utilizadas. Meta, Amazon y Alibaba dijeron que también trabajan en herramientas de IA generativa. Y muchas otras empresas también quieren entrar en acción.

No es habitual que una tecnología puntera se convierta en omnipresente de la noche a la mañana. Ahora, empresas, educadores y legisladores se apresuran a adaptarse.

¿Cómo funciona exactamente la IA generativa?

La IA generativa permite a las herramientas crear trabajos escritos, imágenes e incluso audio en respuesta a las indicaciones de los usuarios.

Para obtener esas respuestas, varias grandes empresas tecnológicas han desarrollado sus propios modelos lingüísticos a partir de grandes cantidades de datos en línea. El alcance y la finalidad de estos conjuntos de datos pueden variar. Por ejemplo, la versión de ChatGPT que se hizo pública el año pasado sólo se entrenó con datos hasta 2021 (ahora está más actualizada).

Estos modelos funcionan a través de un método llamado aprendizaje profundo, que aprende patrones y relaciones entre palabras, por lo que puede hacer respuestas predictivas y generar salidas relevantes a las indicaciones de los usuarios.

¿En qué se diferencia la IA generativa de la AGI?

Por muy impresionantes que parezcan algunos servicios de IA generativa, en esencia solo hacen coincidir patrones. Estas herramientas pueden imitar la escritura de otros o hacer predicciones sobre qué palabras podrían ser relevantes en sus respuestas basándose en todos los datos con los que se han entrenado previamente.

La AGI, por su parte, promete algo más ambicioso y aterrador.

AGI — abreviatura de inteligencia artificial general — se refiere a la tecnología capaz de realizar tareas inteligentes como aprender, razonar y adaptarse a nuevas situaciones del mismo modo que lo hacen los humanos. Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, bromeó con la posibilidad de una AGI superinteligente que podría llegar a cambiar el mundo o, tal vez, resultar contraproducente y acabar con la humanidad.

Por el momento, sin embargo, la AGI sigue siendo puramente hipotética, así que no hay que preocuparse demasiado por ella.

¿Hasta qué punto la fiebre del oro de la IA es pura exageración?

Siempre que hay un exceso de rumores en torno a una tecnología, es bueno ser escéptico, y sin duda hay mucho de eso aquí. La fascinación de los inversores por la IA contribuyó a que Wall Street vuelva a ser un mercado alcista, a pesar de la persistente incertidumbre económica.

No todas las herramientas de IA son igual de útiles y muchas empresas sin duda pregonarán las características y estrategias de la IA simplemente para aprovechar el actual ciclo de exageración. Pero incluso en los últimos seis meses, la IA ya demostró su potencial para cambiar la forma en que las personas realizan numerosas tareas cotidianas.

Uno de los principales argumentos de venta de los chatbots de IA, por ejemplo, es su capacidad para aumentar la productividad de las personas. A principios de este año, algunos agentes inmobiliarios dijeron a CNN que ChatGPT les ahorraba horas de trabajo no sólo redactando listados de viviendas en venta, sino también buscando los usos permitidos para determinados terrenos y calculando cuáles podrían ser los pagos de una hipoteca o el rendimiento de la inversión para un cliente, lo que normalmente implica fórmulas y calculadoras hipotecarias.

La inteligencia artificial es también mucho más amplia que ChatGPT y otras herramientas de IA generativa. Aunque pienses que los chatbots de IA son molestos o que podrían ser una moda pasajera, la tecnología subyacente seguirá impulsando avances significativos en productos y servicios en los próximos años.

¿Me quitará el trabajo?

Se teme que la IA elimine millones de puestos de trabajo. La esperanza es que ayude a mejorar la forma en que millones de personas hacen su trabajo. La realidad actual se sitúa en algún punto intermedio.

Es probable que las empresas necesiten nuevos trabajadores que les ayuden a implantar y gestionar las herramientas de IA. Se prevé que el empleo de analistas y científicos de datos, especialistas en aprendizaje automático y expertos en ciberseguridad crezca un 30% de media hasta 2027, según una estimación reciente del Foro Económico Mundial (FEM).

Pero es probable que la proliferación de la IA también ponga en peligro muchas funciones. Según el FEM, en 2027 podría haber 26 millones menos de puestos de trabajo administrativos y de mantenimiento de registros. Se prevé que las pérdidas más acusadas afecten a los empleados que introducen datos y a los secretarios ejecutivos.

Por ahora, está claro que la IA no puede hacer el trabajo de un ser humano por sí sola. Cuando CNET, un medio de comunicación, experimentó con el uso de IA para escribir artículos, fue objeto de escrutinio por publicar artículos con errores factuales. Asimismo, en mayo, un abogado encabezó  titulares por citar ante un juez casos judiciales falsos que le había proporcionado ChatGPT. En una declaración jurada, el abogado dijo que nunca había utilizado ChatGPT como herramienta de investigación jurídica y que «desconocía la posibilidad de que su contenido pudiera ser falso».

El CEO de Alphabet, Sundar Pichai (izquierda), y el CEO de OpenAI, Sam Altman, llegan a la Casa Blanca para una reunión con la vicepresidenta Kamala Harris sobre inteligencia artificial, el jueves 4 de mayo de 2023, en Washington. (Crédito: Evan Vucci/AP)

¿Es peligrosa la IA?

Altos ejecutivos advierten que la IA podría causar la extinción del ser humano. Pero estos mismos ejecutivos también se apresuran a implantar la tecnología en sus productos.

Algunos expertos afirman que centrarse en lejanos escenarios catastrofistas puede distraer la atención de los daños más inmediatos que la IA puede causar, como difundir información errónea, perpetuar los sesgos que existen en los datos de entrenamiento y permitir la discriminación.

Por ejemplo, la IA generativa podría utilizarse para crear deepfakes con el fin de difundir propaganda durante unas elecciones o permitir una nueva y aterradora era de estafas. Algunos modelos de IA también son criticados por lo que la industria llama «alucinaciones», o inventarse información.

Incluso antes del auge de ChatGPT, existía la preocupación de que la IA actuara como un guardián que puede determinar quién avanza y quién no en un proceso de contratación, por ejemplo. Los sistemas de reconocimiento facial con base en IA también dieron lugar a algunas arrestos erróneos, y la investigación demostró que estos sistemas son drásticamente más propensos a cometer errores cuando tratan de coincidir con los rostros de personas de piel más oscura.

Cuantas más herramientas de IA se incorporen a partes fundamentales de la sociedad, más posibilidades habrá de que se produzcan consecuencias imprevistas.

¿Hacia dónde va la IA?

Los reguladores de Estados Unidos y Europa están presionando para que la legislación ayude a poner barreras a la IA, lo que en última instancia podría influir en el desarrollo de la tecnología. Pero no está claro que los legisladores puedan seguir el ritmo de los rápidos avances de la IA.

Los expertos creen que, en los próximos meses, la IA generativa creará imágenes, videos y audio aún más realistas que podrían alterar todavía más los medios de comunicación, el entretenimiento, la tecnología y otros sectores. Es probable que la tecnología sea cada vez más conversacional y personalizada.

En marzo, OpenAI presentó GPT-4, la versión de próxima generación de la tecnología que impulsa ChatGPT. Según la empresa y las primeras pruebas, GPT-4 es capaz de proporcionar respuestas escritas más detalladas y precisas, aprobar exámenes académicos con altas calificaciones y construir un sitio web funcional a partir de un boceto dibujado a mano. (Altman dijo anteriormente que OpenAI aún no entrena al GPT-5).

Es casi seguro que la IA se incorporará a muchos más productos y servicios en los próximos meses. Eso significa que todos tendremos que aprender a convivir con ella.

Como dijo ChatGPT en respuesta a una pregunta de CNN: «La IA tiene el potencial de transformar nuestras vidas… pero es crucial que las empresas y los individuos sean conscientes de los riesgos que conlleva y aborden responsablemente las preocupaciones».

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