(CNN) — China publicó nuevas normas sobre la inteligencia artificial generativa (IA), convirtiéndose en uno de los primeros países del mundo en regular la tecnología que está detrás de servicios populares como ChatGPT.
La Administración del Ciberespacio de China, el principal organismo de vigilancia de Internet del país, dio a conocer el jueves una serie de directrices actualizadas para gestionar el floreciente sector, que ha causado furor en todo el mundo. Las normas entrarán en vigor el 15 de agosto.
En comparación con un borrador preliminar publicado en abril, la versión publicada, que se denomina «medidas provisionales», parece haber relajado varias disposiciones anunciadas anteriormente, lo que sugiere que Beijing ve una oportunidad en el incipiente sector en momentos en que el país trata de reactivar el crecimiento económico para crear empleo.
La semana pasada, los reguladores multaron al gigante de la tecnología financiera Ant Group por cerca de US$ 1.000 millones, en una medida que parecía cerrar por fin un capítulo de una amplia represión regulatoria centrada en los gigantes tecnológicos chinos. Muchos de ellos, como Alibaba (BABA), Baidu (BIDU) y JD.com (JD), están lanzando sus propias versiones de chatbots de inteligencia artificial.
A partir de ahora, las normas solo se aplicarán a los servicios disponibles para el público en general en China. Quedan exentas además las tecnologías desarrolladas en instituciones de investigación o destinadas a usuarios extranjeros.
publicidad
La versión actual también ha suprimido las medidas punitivas, que incluían multas de hasta 100.000 yuanes (US$ 14.027) en caso de infracción.
El Estado «fomenta el uso innovador de la IA generativa en todas las industrias y campos» y apoya el desarrollo de chips, software, herramientas, potencia de cálculo y fuentes de datos «seguros y fiables», según el documento que anuncia las normas.
China también insta a las plataformas a «participar en la formulación de normas y estándares internacionales» relacionados con la IA generativa.
No obstante, entre las principales disposiciones figura el requisito de que los proveedores de servicios de IA generativa realicen revisiones de seguridad y registren sus algoritmos ante el gobierno si sus servicios pueden influir en la opinión pública o pueden «movilizar» al público.
¿Rivalidad entre Estados Unidos y China?
La IA generativa es la tecnología en la que se basan plataformas como ChatGPT.
La popularidad de este servicio se ha disparado en los últimos meses, y las empresas tecnológicas chinas se han apresurado a lanzar sus propias versiones, lo que ha llevado a algunos críticos a pronosticar que esta tendencia avivará la rivalidad existente entre Estados Unidos y China en el ámbito de las tecnologías emergentes.
El senador estadounidense Mark Warner advirtió el mes pasado que, en la carrera mundial por crear barreras que regulen el uso de la inteligencia artificial por parte de los gobiernos, China lleva mucha ventaja. China va «muy por delante», declaró a Politico en la Cumbre Global de Tecnología.
Las empresas chinas parecen estar esperando a que se publiquen las normas actualizadas antes de lanzar oficialmente al público sus servicios de tipo ChatGPT.
Hasta ahora, los servicios de IA generativa de Baidu, Alibaba y JD.com se encuentran en fase de prueba o están siendo usados solo por usuarios corporativos. Según las normas, los reguladores aún deben aprobar sus productos.
Una cuestión clave sobre la estrategia reguladora de China ha sido si las normas pueden acabar suprimiendo la innovación en la industria de la IA, que se encuentra en el corazón de la ambición del país de competir con Estados Unidos en alta tecnología.
«La forma en que China aborda la regulación de la IA será probablemente coherente con su enfoque de la regulación de otras áreas de tecnología destacada, como Internet o las redes sociales, donde aplica una estricta censura para controlar el flujo de información», señalaron los analistas de Citi en una nota de investigación a principios de esta semana.
Los reguladores parecen ser conscientes de las preocupaciones. En las directrices que acaban de publicar, subrayan la necesidad de encontrar un equilibrio entre «desarrollo y seguridad».
Las normas serán supervisadas por siete organismos nacionales, entre ellos el organismo de vigilancia del ciberespacio, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y el Ministerio de Educación.