(CNN Español) — El Penitente regresa para volver a enfrentarse a el Milagro. Basta esa sinopsis para entender lo místico, macabro y evocador que resulta el videojuego «Blasphemous II», la esperada secuela creada por el estudio de desarrollo español The Game Kitchen. Un estudio que se convirtió en una referencia del panorama independiente tras el lanzamiento de la primera entrega, «Blasphemous», en 2019.
Una primera entrega que existió gracias a que fue financiada en una campaña de micro-mecenazgo por parte de fans y que fue un éxito por emplear una fórmula jugable conocida (ser un metroidvania o juego de acción y plataformas no-lineal que busca ser desafiante), pero que destacaba por un sobresaliente estilo artístico y una original ambientación pocas veces empleada en este arte: utilizar referencias de la cultura andaluza y española mezclados con lo tétrico de lo religioso y una violencia visceral para crear una atmósfera misteriosa y brutal. La secuela partía con el reto de mejorar lo anterior y volver a sorprender. El resultado es una obra que sigue derrochando personalidad, que mejora y pule las carencias de la primera entrega y que es capaz de mirar de frente a los mejores del género.
El arte y la ambientación de «Blasphemous II» son la mejor pesadilla
Lo diferencial de la primera entrega de «Blasphemous» era su arte y, precisamente, todo el arte y la cultura de la que bebía para crear un mundo de fantasía medieval lleno de elementos inspirados en la cultura autóctona de Andalucía, en España, su folclore, leyendas y religiones. Todo ello retorcido hasta lo macabro para crear imágenes y secuencias impactantes como pocas gracias a un diseño artístico pixel-art detallado y una banda sonora bien trabajada repleta de sonidos castizos. Una apuesta que impregnó de personalidad al título que se vislumbraba con solo ver al protagonista: un penitente, como los que se ven en Semana Santa en Andalucía, armado y listo para enfrentarse a seres tenebrosos.
El director creativo de Blasphemous I y II, Enrique Cabeza, ya contaba en entrevista a CNN en Español que «Andalucía es una cosa muy rica, llena de riqueza de todo tipo. Estamos acostumbrados a ver la cultura americana o la japonesa con el Japón feudal. Estamos muy acostumbrados a ver fantasía medieval más clásica. Como estudio pequeño, tenemos que abrirnos camino en una industria que es extremadamente competitiva».
Para esta segunda entrega, esa personalidad siguen presentes y están diseñadas con un gusto y estilo único. No es solo el qué, si no el cómo. Hay personajes, escenarios y enemigos con diseños sobresalientes que configuran una ambientación única. Al quien no conozca esta cultura, le sorprenderá. Al conocedor le evocará una experiencia sinéstesica. Es imposible olvidarse de momentos como recorrer un palacio nazarí claramente inspirado en la Alhambra de Granada, dialogar con una mantilla cadavérica, el enfrentamiento contra un afilador que emite el clásico sonido que cualquiera puede escuchar por las mañanas en muchas calles de España o los enfrentamientos contra una especie de obispos-babosas de vestiduras escarlatas.
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Pese a lo retorcido y macabro que resulta todo, el mundo de pesadilla de «Blasphemous II» es uno que se disfruta. Y buena parte de ello es por cómo se ha potenciado la narrativa del título. Más allá de lo que transmiten todos estos enfrentamientos y diálogos con los principales personajes, ahora hay muchos más objetos para obtener y cada uno de ellos cuenta con descripciones de contexto o lore que aportan historias de personajes concretos y del mundo de Cvstodia. Textos de gran calidad que contribuyen a la inmersión en su mundo e historias. A esto se le suma una mayor cantidad de secuencias cinemáticas animadas de gran calidad que aparecen intercaladas en momentos clave de la historia que exponen mucho mejor lo que está ocurriendo.
Pulido y satisfactorio en lo jugable. Más metroidvania que nunca
Antes del lanzamiento de «Blasphemous II», el director creativo del título contaba a CNN en Español que para esta segunda entrega, en lo jugable, estaban buscando la pureza del género metroidvania, algo que han conseguido con éxito. El primer «Blasphemous» era un título notable en lo jugable en el que se observaba falta posibilidades y se notaba cierta bisoñez. Sin embargo, en esta segunda entrega se han solventado esos problemas y han ampliado las posibilidades jugables de forma inteligente. El juego ahora es más ágil y está más pulido. El desplazamiento es más fluido, hay nuevas mecánicas de impulso o dash en el aire y las colisiones se notan más precisas.
La gran novedad es que ahora el protagonista, Penitente, cuenta con un arsenal de tres armas. Cada una tiene su propia forma de golpear y mecánicas únicas y fundamentales para explorar y avanzar por todo el escenario. Hay un sable, una especie de combinación entre estoque y daga y un incensario que viene a ser una maza a dos manos. Emplear una u otra resulta completamente diferente. Mientras las dos primeras permiten parar los ataques del enemigo, la tercera, el incensario, no lo permite. Esta última golpea mucho más fuerte, pero implica tener que esquivar usando otras técnicas o sacrificando vida para poder golpear. Además, regresan los cantos y salmos, que funcionan como magia, y se pueden mejorar los atributos de las armas así como los del personaje para crear combinaciones adecuadas a cada estilo de juego.
Y es que enfocar el estilo de juego con unos atributos determinados y unas armas u otras puede ser clave porque «Blasphemous II» vuelve a ser un título desafiante gracias a un magnífico diseño de niveles y a unos combates contra jefes finales que han mejorado en variedad y diseño y que pueden llegar a ser verdaderos retos.
La confirmación de The Game Kitchen
Todo en «Blasphemous II» denota veteranía y astucia por parte de The Game Kitchen tras haber comprendido su primera obra para dominar el género con la segunda. Potenciando lo mejor que ya tenían han creado un nuevo y mejor título independiente de acción y plataforma que rebosa personalidad. Derrotar a seres demoníacos mientras suenan castañuelas y después conocer la historia de un vendedor escondido en las sombras de un patio andaluz por un terrible pecado que cometió. Si el primer «Blasphemous» fue un acto de fe, «Blasphemous II» es el sacramento de confirmación de The Game Kitchen como estudio en estado de gracia.