(CNN Español) — Yevgeny Prigozhin, el líder del grupo mercenario Wagner y quien según el gobierno ruso figuraba en la lista de pasajeros del avión que se estrelló este miércoles al norte de Moscú, fue en su momento una persona muy cercana al presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Durante años, Prigozhin fue una figura escurridiza que se enriqueció en medio del caos y las oportunidades de la economía rusa postsoviética.
La industria en la que se centró para acumular riqueza fue la de los alimentos, a tal punto que se le llegó a llamar el «chef personal» de Putin.
Sin embargo, la relación que un día fue sólida se vino abajo en medio de la invasión rusa en Ucrania, luego de que el jefe de Wagner liderara en junio una fallida rebelión contra el liderazgo del Ministerio de Defensa y la cúpula militar, algo que supuso el mayor desafío contra el mandato de Putin hasta el momento.
¿Cómo se forjó el lazo entre Putin y Prigozhin antes de la rebelión de este año? Esto comenzó hace alrededor de dos décadas. Aquí te contamos la historia.
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De orígenes humildes a «chef personal» de Putin… y luego líder mercenario
Putin y Prigozhin comparten unos orígenes relativamente humildes. El líder de Wagner creció en los barrios más conflictivos de San Petersburgo, que es también la ciudad natal del presidente de Rusia.
Ambos se conocen desde la década de 1990. Al parecer, los dos se conocieron después de que Prigozhin fuera liberado tras pasar nueve años en la cárcel por fraude y robo, según informan medios de comunicación rusos.
Al salir de prisión, Prigozhin se dedicó al negocio del cáterin. Putin recurrió sus servicios para que le proporcionara comida en sus fiestas de cumpleaños y en cenas con mandatarios que lo visitaban, como el presidente estadounidense George Bush y el francés Jacques Chirac. Un titular de The Moscow Times se refirió una vez a Prigozhin como el «chef personal» de Putin.
Posteriormente, Prigozhin consiguió lucrativos contratos de cáterin para escuelas y las Fuerzas Armadas de Rusia. En 2010 acompañó a Putin en una visita por su nueva fábrica de procesamiento de alimentos. Para entonces ya era una persona cercana al Kremlin con un creciente imperio comercial.
Su transformación de rico oligarca a brutal señor de la guerra se produjo tras el movimiento separatista apoyado por Rusia en 2014 en el Donbás, en el este de Ucrania.
Ese año, Prigozhin fundó el grupo Wagner, un grupo de mercenarios que luchaba en Ucrania y en cada vez más causas apoyadas por Rusia en todo el mundo, particularmente en África y el Medio Oriente. Durante años negó su relación con la sombría organización, a pesar de las pruebas en su contra.
CNN ha rastreado a los mercenarios Wagner en la República Centroafricana, Sudán, Libia, Mozambique, Mali, Ucrania y Siria. A lo largo de los años han adquirido una reputación atroz y se les ha relacionado con múltiples violaciones de los derechos humanos.
Mientras tanto, el imperio empresarial de Prigozhin pronto se extendió mucho más allá de las cocinas y los campos de batalla. También creó una granja de trolls rusos en San Petersburgo, la Internet Research Agency (IRA), donde provocadores fueron pagados por el propio Prigozhin para interferir y socavar las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a la IRA en 2018, acusándola de haber «creado y gestionado un vasto número de personas falsas en línea que se hicieron pasar por personas legítimas de Estados Unidos para incluir organizaciones de base, grupos de interés y un partido político estatal en las redes sociales».
Tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, el grupo Wagner -reforzado por convictos rusos atraídos personalmente a sus filas por Prigozhin con promesas de indultos y altos salarios- pasó a ocupar un lugar central. Sus fuerzas participaron activamente en la toma de las ciudades ucranianas de Soledar y Bakhmut. Y Prigozhin pasó de ser una figura tímida ante las cámaras a convertirse en una estrella de las redes sociales, asumiendo un papel mucho más activo en el frente que cualquiera de sus partidarios del Kremlin.
Mientras la campaña regular del ejército ruso se veía empantanada por los contratiempos y la desorganización, sus combatientes de Wagner y él parecían ser los únicos capaces de lograr avances tangibles para el bando ruso.
Conocido por su desprecio por la vida de sus propios soldados, se cree que las tácticas brutales y a menudo anárquicas de Wagner han causado un elevado número de bajas, ya que los nuevos reclutas son enviados a la batalla con escaso entrenamiento formal, un proceso descrito por el teniente general retirado de Estados Unidos Mark Hertling «como alimentar con carne a una trituradora de carne».
Con información de Sophie Tanno y Lauren Said-Moorhouse, de CNN.