Cómo la Inteligencia Artificial y la biónica ayudan a los soldados ucranianos a volver a la acción

(CNN) — Valera Kucherenko ya había servido en el Ejército ucraniano cuando Rusia invadió el país en 2022. Pero volvió a alistarse y, en una fatídica noche de octubre de 2023, perdió ambas manos en un ataque con granadas.

Es una historia demasiado común entre los soldados ucranianos. Desde el comienzo de la guerra, unos 20.000 ucranianos han perdido algún miembro. Estas lesiones suelen poner fin a las carreras militares, pero los avances en biónica están permitiendo a algunos veteranos reanudar lo que consideran su deber.

«En mi caso, las prótesis se han fabricado de tal manera que vuelvo al Ejército», declaró Kucherenko a CNN.

A Kucherenko le colocaron dos manos biónicas que son nuevas en el mercado. La Esper Hand es el primer producto de Esper Bionics, una empresa con sede en Ucrania y Estados Unidos dedicada a las prótesis de nueva generación.

La inteligencia artificial está irrumpiendo en muchas industrias, pero también está ofreciendo soluciones sin precedentes. En el campo de las prótesis biónicas, la IA o el aprendizaje automático pueden ayudar a los pacientes que perdieron algún miembro a recuperar funciones, e incluso a conseguir funciones que no tenían originalmente con los miembros humanos. Al menos eso esperan en Esper.

«Creo que la inteligencia artificial será el próximo paso de la biónica», afirma Dima Gazda, presidente ejecutivo de Esper Bionics.

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Inteligencia Artificial

El soldado ucraniano Valera Kucherenko trabajando con sus manos biónicas. (Crédito: CNN)

Gazda, médico e ingeniero ucraniano, trabajó con su equipo durante varios años para perfeccionar la Esper Hand y dice que sus sistemas han sido «construidos para la IA desde el primer día».

En esta mano biónica, la IA ayuda a la prótesis a aprender rápidamente el comportamiento de su usuario y a elegir los agarres que éste necesitará.

«Si cojo la taza de una mesa varias veces, mañana el sistema lo entenderá», dice Gazda. La mano con IA también puede detectar la actividad muscular.

La IA no sólo está ayudando a los usuarios a recuperar sus funciones más rápidamente. Las prótesis biónicas también se fabrican con mayor precisión para imitar los miembros humanos. La Esper Hand tiene 6 motores distintos: uno para cada dedo y dos para el pulgar. Esto permite que cada dedo se mueva por separado.

Según Esper Bionics, actualmente hay 70 soldados ucranianos con manos Esper, pero la necesidad supera con creces la oferta. Esper afirma que actualmente hay unas 170 personas en lista de espera. Como los combates en Ucrania continúan cada día, el número de necesitados seguirá aumentando.

Una mano amiga

En el interior de un complejo de oficinas a unos 20 minutos de Minneapolis hay una clínica gestionada por la fundación sin ánimo de lucro Protez. Todas las mañanas, un grupo de veteranos ucranianos se reúne en el interior de la clínica y repasa el programa del día. A cada uno de los veteranos le falta al menos un miembro, en algunos casos dos o tres. Sus horarios consistirán en pruebas de prótesis y entrenamiento. Los que tienen prótesis en las piernas practicarán la marcha; los que tienen prótesis en las manos, como Kucherenko, practicarán movimientos como construir con bloques.

La clínica está dirigida por Yakov Gradinar, jefe médico de la Fundación Protez. Gradinar es un protésico ucraniano residente en Minnesota, cofundador de Protez un par de meses después de que empezara la guerra en 2022. «Protez» significa «prótesis» en ucraniano.

«Buscas un sentido a tu vida», afirma Gradinar. «Ucrania necesitaba prótesis, y yo soy protésico. Puedo ayudar».

La Fundación Protez y Esper Bionics se han asociado a través de una iniciativa especial para ayudar a los ucranianos. Esper Bionics vende las Esper Hand (que normalmente se venden por unos 20.000 dólares) a Protez a precio de coste de fabricación, y luego Protez las adapta a los usuarios gratuitamente.

Gradinar observó la rapidez con que los veteranos se adaptan a las manos Esper. Su paciente Valera Kucherenko, que perdió ambos brazos en aquel ataque con granadas, ha regresado a Ucrania con planes de reincorporarse al ejército y entrenar a soldados.

Las agallas personales y la motivación de los veteranos desempeñan un papel importante. Pero también la tecnología.

«A menudo hablamos de negatividad [en torno a la IA], pero no hablamos de la parte en que la tecnología puede adaptarse a sí misma», afirma el protésico. La esperanza es que la tecnología ayude a que las prótesis biónicas sean cada vez mejores y más inteligentes.

Esper trabaja actualmente en un modelo de pierna y un exoesqueleto. La visión a largo plazo de Esper son dispositivos sanitarios que ayuden a toda la humanidad, pero ahora mismo se centra en ayudar a los ucranianos.

«Nuestra dedicación es ayudar a las personas que más lo necesitan», afirma Gazda. «Creo que colaborando con la Fundación Protez estamos haciendo más fuerte a Ucrania».

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