ANÁLISIS | Mientras el ejército ruso se estanca, el grupo de mercenarios Wagner quiere rescatar la campaña bélica en Ucrania

(CNN) — El oligarca ruso Yevgeny Prigozhin lucha su propia guerra en el este de Ucrania, una presencia a menudo cruda y cada vez más ruidosa en la tambaleante campaña militar de Moscú.

Se presenta a sí mismo y a su grupo de mercenarios Wagner como los verdaderos patriotas, en contraste con lo que él ridiculiza como jerarquía militar corrupta e incompetente. El tono es cada vez más duro y lo que está en juego es cada vez más importante.

En las últimas semanas, se ha visto a Prigozhin cerca de los frentes en la región oriental ocupada de Donetsk, repartiendo naranjas a las tropas o revisando sombríamente bolsas de cadáveres, y hablando con sus combatientes con un lenguaje descarnado y a veces brutal.

Rara vez pierde la oportunidad de arremeter contra la clase dirigente. La semana pasada, en algún lugar de Donetsk, Prigozhin dijo a sus combatientes: «Una vez que hayamos vencido a nuestra burocracia interna y a la corrupción, venceremos a los ucranianos y a la OTAN… El problema ahora es que los burócratas y los que se dedican a la corrupción no nos escuchan porque en Año Nuevo están todos bebiendo champán».

Para Prigozhin, el principal burócrata que tiene en mente es el ministro de Defensa, Sergei Shoigu. Los dos parecen haberse peleado por los lucrativos contratos militares concedidos y luego retirados al Grupo Concord de Prigozhin, así como por el controvertido papel de Wagner en Siria.

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El conflicto en Ucrania ha brindado a Prigozhin la oportunidad de ampliar el grupo Wagner y proclamarlo de su propiedad pública. Prigozhin dijo en su canal de Telegram la semana pasada: «Yo creé y dirijo Wagner PMC. Por lo tanto, la responsabilidad de cualquier éxito o fracaso recae sobre mí».

Tras saltar a escena en otoño del año pasado, Prigozhin ha contrastado el crudo coraje de sus combatientes con el liderazgo poco inspirador de Shoigu y el mando militar. Después de la derrota en Járkiv en septiembre, cuando una rápida contraofensiva ucraniana forzó una retirada rusa, Prigozhin dijo en su canal de Telegram que el alto mando debería verse obligado a luchar «descalzo con ametralladoras en primera línea».

A Shoigu no se le ha visto en el frente y ha sido muy criticado por los fallos de la llamada «operación militar especial» de Rusia. Los líderes militares rusos se enfrentaron la semana pasada a críticas inusualmente públicas por la muerte de un número desconocido de tropas rusas en un ataque con cohetes en Makiivka, en el este de Ucrania.

En cambio, Prigozhin ha mostrado un talante populista con sus bravuconadas, llegando incluso a burlarse del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, cuando acudió a Bajmut el mes pasado.

«Quizá por la noche podamos reunirnos», dijo en Telegram. «Estoy sentado, esperándole cerca de Bajmut».

Prigozhin también ha respondido a las informaciones según las cuales Wagner sería designada organización terrorista por Estados Unidos: «Como dice el refrán, que duerman los perros. No despierten a Wagner PMC, estadounidenses, mientras siga durmiendo».

Fuera de los registros

Prigozhin y Wagner han desempeñado un papel inusual e informal en la Rusia de Vladimir Putin. Él conoce al presidente desde la década de 1990; ambos son de San Petersburgo. Consiguió valiosos contratos como proveedor de alimentos del Kremlin y más tarde creó la granja rusa de trolls conocida como Internet Research Agency, cuya misión era interferir en las elecciones estadounidenses de 2016.

Pero Prigozhin -que al parecer estuvo en la cárcel en la década de 1980- siempre ha sido el «antioligarca», dirigiendo su propia operación mercenaria en Siria y en varios puntos calientes africanos. Wagner contrató a antiguos policías, soldados y aventureros, y combinó misiones de entrenamiento en lugares como la República Centroafricana con esfuerzos por obtener lucrativas concesiones mineras. Para Prigozhin, Wagner es una forma de ganar dinero e influencia. Para el Kremlin, estas operaciones son una forma de conseguir que se hagan ciertas cosas fuera de los registros.

Prigozhin es ante todo un oportunista astuto. La guerra en Ucrania les ha dado a él y a Wagner la oportunidad de mejorar su perfil y aportar al enfrentamiento un elemento del que el ejército ruso parece carecer: una infantería eficaz.

Las de Wagner fueron las primeras tropas rusas en entrar en la ciudad de Popasna en primavera y luego se trasladaron a territorio de Donetsk cuando las tropas ucranianas se retiraron durante el verano a lo que son sus líneas actuales.

El ejército ruso ha sido incapaz de registrar ninguna ganancia territorial en los últimos seis meses, por lo que para Prigozhin tomar Bajmut o Soledar -dos ciudades de Donetsk que llevan meses siendo atacadas- sería tanto un premio reluciente como otra oportunidad de hacer sombra a Shoigu.

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Prigozhin dijo el viernes que eran «exclusivamente» sus tropas las que habían logrado supuestos avances en los alrededores de Soledar en los últimos días. Y añadió: «Bajmut es el punto central del Frente Oriental y un importante centro logístico. Y nuestra tarea es morir allí lo menos posible y destruir al enemigo lo más posible».

En un intercambio grabado con sus combatientes, Prigozhin preguntó provocativamente: «Aparte de Wagner PMC, ¿quién más está aquí?».

«¡Nadie más!», respondieron.

(Puede que no sea casualidad que la zona de Soledar tenga enormes reservas de yeso, un mineral utilizado en la producción de fertilizantes y escayola. Las aventuras africanas de Prigozhin han buscado a menudo aprovechar una presencia militar para controlar riquezas minerales, y algunas operaciones de Wagner en Siria se han centrado en valiosos yacimientos de petróleo y gas).

Las ambiciones de Prigozhin no han pasado desapercibidas en la ciudad de Washington. La vice secretaria adjunta de Defensa estadounidense, Laura Cooper, declaró en una sesión informativa el viernes: «En los últimos tiempos, hemos visto que Wagner avanza a un ritmo más rápido que cualquier otra unidad del ejército ruso».

«Su contrato terminó»

La campaña de Wagner es brutal y básica. Prigozhin y sus lugartenientes recorrieron las cárceles rusas el año pasado con una oferta directa: luchar en Ucrania durante seis meses y obtener un indulto en lugar de volver a entrar. Este insólito trato parece contar con el beneplácito del Kremlin y ha sumado más de 30.000 combatientes a las filas de Wagner, según grupos de defensa de presos.

El propio Prigozhin se dirigió a un grupo de presos y dijo que Wagner no permitía el alcohol, las drogas ni «contactos sexuales con mujeres, flora, fauna y hombres locales, nada». En los últimos días, sus propios medios de comunicación le han mostrado reuniéndose con antiguos presos -entre cuyas condenas figura el asesinato- que dicen haber «renacido» y decidieron apuntarse otros seis meses.

Se despidió de otros que obtuvieron el indulto. «Cumplieron sus contratos con honor, con dignidad», dijo. Y luego, al modo típicamente vernáculo, les dijo: «No beban mucho, no consuman drogas y no violen a ninguna mujer: o hacen el amor o pagan por ello».

Prigozhin no teme las malas noticias y no endulza la campaña rusa. En un video difundido la semana pasada a través de su propio medio de comunicación, FAN, se le ve revisando bolsas negras para cadáveres apiladas en un lugar no revelado.

«Murieron heroicamente», dijo. Pero también sonó brutalmente indiferente, añadiendo: «Su contrato terminó, se irán a casa la semana que viene».

Bomberos ucranianos extinguen un incendio tras un bombardeo del ejército ruso en Bajmut, Ucrania, el 7 de diciembre de 2022. (Crédito: Diego Herrera Carcedo/Anadolu Agency/Getty Images)

Bomberos ucranianos extinguen un incendio tras un bombardeo del ejército ruso en Bajmut, Ucrania, el 7 de diciembre de 2022. (Crédito: Diego Herrera Carcedo/Anadolu Agency/Getty Images)

Se desconoce cuántos combatientes de Wagner han muerto, pero las bajas se cuentan por centenares en lo que los ucranianos llaman la «picadora de carne» de Bajmut.

Rodeado de combatientes de Wagner, Prigozhin dijo a principios de este mes en Telegram que las fuerzas ucranianas convertían cada casa en una fortaleza. «Así que los chicos luchan por cada casa (…) a veces luchan durante semanas por una sola casa».

«¿Cuántas líneas de defensa (ucranianas) hay? Si dijéramos 500, sería más o menos exacto, ¿no?», añadió Prigozhin.

Los medios de comunicación estatales rusos comenzaron recientemente a cubrir las apariciones de Prigozhin en el frente. La agencia de noticias estatal RIA Novosti publicó un intercambio en el que sus hombres dicen que les faltan vehículos, municiones y vehículos blindados de transporte de tropas.

Días después, el Grupo Concord de Prigozhin alegó en un comunicado que se había pedido a su medio de comunicación Patriot que publicara un artículo negativo sobre él, sin revelar quién había hecho la petición. A través de su servicio de prensa, Prigozhin sugirió que «gente de uniforme podría estar desacreditándome. Principalmente los cercanos a los militares. Porque muchos de ellos no pueden lograr la misma eficacia que Wagner».

También volvió a arremeter contra la élite acaudalada de Rusia en el canal Concord de Telegram: «Los días de los oligarcas están contados, porque su impacto negativo en el futuro de Rusia ha quedado claramente demostrado durante la operación especial. Algunos de ellos están en guerra, mientras que otros están comprando propiedades inmobiliarias en Europa».

La muy pública campaña de Prigozhin, enmarcada en la mediocre actuación de los militares rusos, no es un desafío al propio Putin. De hecho, al líder ruso puede resultarle útil tener a alguien que le pise los talones al poder militar. Prigozhin, junto con el líder checheno Ramzan Kadyrov, se ha convertido en el perturbador autorizado de Rusia.

La analista Tatiana Stanovaya, de R.Politik, señala que Prigozhin «es un hombre de negocios privado que depende en gran medida de cómo estén estructuradas sus relaciones con las autoridades. Como resultado, es una posición muy vulnerable».

Stanovaya dice que es interesante que el gobernador de la región rusa de Kursk, Roman Starovoit, acabe de terminar un curso básico de formación con Wagner.

Pero el objetivo final de Prigozhin no está claro: si trata de ejercer una influencia política seria o simplemente promueve la a veces opaca agenda de Wagner. Eso puede depender de la suerte de sus combatientes en la región de Donetsk.

Josh Pennington y Darya Tarasova contribuyeron a este reportaje.

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