(CNN) — Amnistía Internacional afirmó este jueves en un informe que «los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad iraníes han estado cometiendo horribles actos de tortura, como palizas, flagelaciones, descargas eléctricas, violaciones y otros actos de violencia sexual contra manifestantes menores de edad, de tan sólo 12 años, para sofocar su participación en las protestas a escala nacional».
CNN se ha puesto en contacto con el gobierno de Irán para pedirle comentarios, pero aún no ha recibido respuesta ni ha hecho comentarios públicos sobre el informe de Amnistía.
Las protestas se iniciaron con la muerte de Mahsa Amini, iraní de 22 años, que falleció el 16 de septiembre de 2022 tras ser detenida por la policía de moralidad del país.
El informe señala que la investigación del grupo puso al descubierto «los métodos de tortura que los Guardias Revolucionarios, los paramilitares Basij, la Policía de Seguridad Pública y otras fuerzas de seguridad e inteligencia utilizaban contra los niños y niñas bajo custodia para castigarlos y humillarlos y para extraerles «confesiones» forzadas».
Diana Eltahawy, directora regional adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, señaló en el informe que «la violencia de Irán contra los niños pone de manifiesto una estrategia deliberada para aplastar el espíritu vibrante de la juventud del país e impedir que exija libertad y derechos humanos».
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Amnistía «obtuvo testimonios de las víctimas y sus familias, así como otros testimonios sobre la comisión generalizada de torturas contra decenas de niños por parte de 19 testigos presenciales, entre ellos dos abogados y 17 detenidos adultos que estuvieron recluidos junto a niños», declaró el grupo de derechos humanos.
Según Amnistía, Irán ha admitido haber detenido a más de 22.000 personas durante las protestas, pero no ha especificado cuántas de ellas eran niños. El grupo de derechos humanos calcula que puede haber miles de niños entre los detenidos.
Amnistía también ha afirmado que «los agentes del Estado utilizaron la violación y otros actos de violencia sexual, como descargas eléctricas en los genitales, tocamientos en los genitales y amenazas de violación, como arma contra los niños detenidos para quebrantar su ánimo, humillarlos y castigarlos, y/o extraerles «confesiones».
«Otros métodos de tortura relatados incluyen la flagelación, la administración de descargas eléctricas con pistolas paralizantes, la administración forzada de píldoras no identificadas y la sujeción de la cabeza de los niños bajo el agua», añade el informe de Amnistía.
Amnistía pidió a Irán que pusiera en libertad a todos los niños detenidos por protestar pacíficamente, e instó a otros países a «ejercer la jurisdicción universal sobre los funcionarios iraníes, incluidos los que tienen responsabilidad de mando o superior, razonablemente sospechosos de responsabilidad penal por crímenes de derecho internacional, incluida la tortura de niños manifestantes».