(CNN) — La CONMEBOL, el organismo rector del fútbol sudamericano, condenó “actos de violencia y racismo” luego de que se realizaron arrestos en Río de Janeiro luego de enfrentamientos en la icónica playa de Copacabana antes de la final de la Copa Libertadores de este sábado.
Boca Juniors de Argentina se enfrenta al Fluminense de Brasil en el equivalente sudamericano de la final de la Liga de Campeones y el viernes la CONMEBOL pidió calma entre los dos grupos de aficionados.
“La CONMEBOL convoca a los hinchas de Boca Juniors y Fluminense a compartir juntos los momentos de alegría y celebración que nos brinda nuestro fútbol”, se lee en el comunicado.
“Los valores del deporte que más nos apasiona deben inspirar comportamientos de paz y armonía. Por ello, repudiamos los actos de violencia y racismo que puedan ocurrir en el marco de esta final”.
La Policía Militar de Río de Janeiro dijo en un comunicado a CNN que tres personas, dos argentinos y un brasileño, fueron arrestadas este jueves luego de un incidente que había comenzado en el «área Fun Zone» de la playa.
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«Inmediatamente, los agentes rodearon la zona, controlaron la situación y dos hombres, turistas argentinos y un tercer hombre, un brasileño, fueron trasladados al Distrito Policial 12», se lee en el comunicado.
Esa misma noche, otros cinco aficionados argentinos fueron arrestados después de un segundo incidente en la ciudad, dijo la Policía Militar.
Una final como ninguna otra
La final de este sábado se llevará a cabo en otro de los lugares emblemáticos de Río de Janeiro: el Maracaná.
Las finales de la Copa Libertadores se encuentran entre las más ruidosas y coloridas del fútbol mundial y Fluminense tendrá la considerable ventaja de disputar el partido en su estadio.
El club, que sólo ha llegado a la final una vez en su historia, allá por 2008, seguramente nunca tendrá mejores posibilidades de ganar su primera Copa Libertadores que ésta.
Dirigido por el innovador estratega Fernando Diniz, Fluminense ha disfrutado del éxito jugando un estilo de fútbol que entusiasmó a gran parte de Sudamérica, y también ha dado lugar a comparaciones con el legendario entrenador Pep Guardiola.
Si bien ambos entrenadores disfrutan de un estilo de juego basado en la posesión, el propio Diniz admite que ahí terminan las similitudes.
Diniz ha descrito el estilo de Guardiola como “posicional” y el suyo como “antiposicional”, animando a sus jugadores a acercarse a sus compañeros, mientras que el técnico del Manchester City prefiere que el suyo permanezca en áreas designadas del campo.
“El sueño es ganar este título histórico, el título más importante en la carrera de muchos aquí”, dijo el mediocampista Felipe Melo a FluminenseTV.
“Algunos títulos pueden parecer más importantes para algunas personas, como el título de la selección nacional o la Liga de Campeones, pero ganar una Libertadores por primera vez, para un club tan grande como el Fluminense, sin duda estará a la par de cualquier otro logro a nivel mundial.
“Marquemos nuestro nombre, por toda la eternidad, en un club tan querido y gigantesco como el Fluminense”.
En el camino del Fluminense se encuentra el gigante sudamericano Boca Juniors, que aspira a igualar el récord histórico de siete títulos de la Copa Libertadores de su colega argentino Independiente.
Boca Juniors ha tenido problemas a nivel nacional últimamente y actualmente ocupa el décimo lugar entre 14 equipos en el Grupo B de la segunda fase de la liga argentina.
El viaje del equipo hacia la final de la Copa Libertadores tampoco ha sido agradable, sobreviviendo a la tanda de penales en octavos de final, cuartos de final y semifinales después de empatar los seis partidos para llegar al Maracaná.
Para los aficionados al fútbol europeo, un rostro conocido ha sido el héroe de Boca. Puede que Sergio Romero solo haya disputado siete apariciones en la Premier League en seis años en el Manchester United, pero ha sido un portero renacido desde que regresó al club argentino en 2022.
En total, Romero ha salvado seis penales en tres tandas –dos en cada una– y ha mantenido su portería a cero en cuatro partidos eliminatorios.
“Tenemos el mismo deseo: darle a la gente de Boca el séptimo título, que es lo que han querido desde hace tanto tiempo”, dijo Romero, según FIFA.
“La última Libertadores [que ganó Boca] fue en 2007 y queremos ir tras el Fluminense, ganarla y llevarle el trofeo a la gente para que lo disfrute. Tengo fe en que las cosas nos van a salir bien, que vamos a ganar”.
Con los guantes aparentemente encantados de Romero entre los postes, esa confianza ciertamente no parece fuera de lugar.